Fabricio Ojeda entra al Panteón Nacional como un personaje imborrable en la historia

Caracas, 23 Ene. Cortesía AVN.- Fabricio Ojeda está entrando a la historia por la puerta grande, al ingresar sus restos al Panteón Nacional que se abre para las reivindicaciones históricas, por tratarse de un personaje al que intentaron borrar de la historia pero que el pueblo lo mantuvo en la memoria, afirmó el nieto de este luchador revolucionario, Santiago Garrido Ojeda, en entrevista este lunes en el programa Al Aire, de Venezolana de Televisión.

Desde el Cementerio General del Sur, en Caracas, el pueblo patriota marchará este lunes para acompañar el traslado de los restos de Ojeda al Panteón Nacional, como tributo a su rebeldía, lucha y entrega por la democracia.

Santiago sostuvo que hay cuatro personajes en la historia que representaron las luchas y las esperanzas del pueblo en cuatro momentos históricos: Simón Bolívar, en la Independencia; Ezequiel Zamora, durante la Guerra Federal; Fabricio Ojeda, de la guerrilla de los años 60, y Hugo Chávez, con la llegada de la Revolución Bolivariana, además sus pensamientos eran muy similares a favor del poder popular y sus reivindicaciones.

Fabricio Ojeda es el primer revolucionario llevado al Panteón Nacional, «y es un privilegio estar vivo para ver cómo un familiar entra al Panteón como una reivindicación histórica, y debería entrar una gran cantidad de luchadores más», expresó.

La vida de líder revolucionario -quien nació el 6 de febrero de 1929 en Boconó, estado Trujillo- transcurrió entre la política, el periodismo y la lucha revolucionaria. Como joven comunista, al frente de la Junta Patriótica (conformada por el PCV, URD y jóvenes revolucionarios de AD y Copei), emprendió el combate popular contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, derrocado el 23 de enero de 1958. Además, Ojeda, quien había sido electo por voluntad popular como diputado al Congreso Nacional en diciembre de 1958, decidió renunciar a ese cargo en junio de 1962 e irse a las montañas para combatir junto a los grupos guerrilleros por la liberación de Venezuela, hecho que su nieto destacó como inédito en la historia y que lo convirtió en un personaje valiente.

El 20 de junio de 1966 fue capturado en La Guaira por el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (Sifa). Dos días después, y en muy extrañas circunstancias, apareció asesinado en su celda.

Su nieto señaló que este caso sigue siendo parte de una investigación que falta por culminar para determinar una sentencia específica acerca de que fue asesinado.