El derecho a la vida late en el Cardiológico Infantil

Cortesía AVN

Este 20 de agosto se cumplen nueve años de la inauguración el Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, ubicado en Montalbán, al oeste de Caracas, el cual se ha constituido como un centro especializado que brinda salud pública a más de mil niños y adolescentes al año, con la realización de cirugías gratuitas.

Este cardiológico fue concebido por el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, para dar respuesta a las demandas de pacientes de entre 0 y 18 años de edad con malformaciones cardíacas. Hoy, además de atender a pacientes de todo el país, abre sus puertas a niños de naciones hermanas de América del Sur y África.

En abril pasado, la directora del cardiológico, Isabel Iturria, recordó que de 141 intervenciones que se realizaban cada año hasta 1998, se dio un salto cuantitativo hasta lograr más de mil cirugías, sólo en este cardiológico, lo que representa un crecimiento de intervenciones anuales en más de 609% respecto a las realizadas antes de 1999.

«En 1998 teníamos 141 intervenciones anuales, sumando todos los hospitales públicos del país. Ese era el número de pacientes que podían ser operados del corazón por cateterismo y hemodinamia en toda Venezuela, para ese momento», informó entonces en una entrevista concedida al canal de la Asamblea Nacional (ANTV).

Indicó que 141 operaciones «es lo que se hace ahora en más o menos en mes y medio sólo en el Cardiológico Infantil».

«Eso fue gracias a la nueva política en la que se entiende la salud como un derecho y no como mercancía, como oportunidad para la solidaridad y el compromiso de todos y no como oportunidad para el negocio», destacó.

La Constitución Bolivariana de Venezuela, aprobada por el pueblo venezolano en 1999, señala en su artículo 83 que «la salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida», y para ello promueve políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. El Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa es un ejemplo de ello.

Sello humanista y social de Chávez

El centro asistencial, donde se atienden niños y adolescentes venezolanos y de otras naciones del mundo, «nació con corazón, alma y cariño para resolver una necesidad sentida del pueblo venezolano. Las niñas y los niños con cardiopatía congénita, hasta la llegada de la Revolución, estaban en una lista de espera que no conducía a ninguna parte», comentó la doctora.

La iniciativa fue de Hugo Chávez tras una visita que hiciera al hospital de niños J.M de Los Ríos, en compañía de su primer ministro para la Salud, Gilberto Rodríguez Ochoa. Allí fue tocado por las madres y, con determinación, decretó la construcción de un centro para cubrir la gran demanda de pacientes entre 0 y 18 años de edad con malformaciones cardíacas. En el 2001 se perfiló la idea y se comenzó a trabajar.

Cinco años luego, el Cardiológico era un hecho y el día domingo 20 de agosto de 2006, el comandante lo inauguró durante la realización se programa Aló, Presidente.

Ese día destacó el carácter histórico de la construcción de este cardiológico para salvar las vidas de miles de niños.

«Hoy domingo, 20 de agosto (2006), día histórico para Venezuela toda. Hemos estado viendo los avance maravillosos de lo que es una realidad ya: El Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa (…). Es un salto humano, científico, tecnológico, integral, para asegurarle la atención y la vida a los niños y niñas de Venezuela y de los pueblos hermanos de Nuestra América», manifestó Chávez.

Hoy el Cardiológico Infantil brinda atención a través de un Sistema de Referencia y de Registro Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes en Espera de Cirugía o Cateterismo, en los que están incorporado 21 hospitales públicos del país, los cuales tienen servicios de cardiología.

«Los cardiólogos cargan directamente en el Registro Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes en Espera de Cirugía o Cateterismo, a esos pacientes que requieren ser operados y nosotros lo llamamos en la medida de que su patología y nuestra disponibilidad lo permite», explicó la doctora Iturria en la entrevista para ANTV.

Allí, indicó que a los servicios de cardiopatía de cualquiera de los 21 hospitales públicos deben acudir los padres cuando se detecte en los niño alguna irregularidad en el ritmo del corazón.

Recordó que algunas de las cardiopatías congénitas pueden ser diagnosticada inclusive antes del nacimiento, en el control obstétrico, prenatal, en que la madre recibe la orientación médica, y en los ecosonogramas en los que se pueden evidenciar, en algunas ocasiones, algunos signos y alteraciones que llevan a pensar que ese niño en gestación puede nacer con una cardiopatía congénita.

Ello permite que antes del nacimiento se preparen las condiciones para que el nacimiento de ese bebé sea controlado y que se planifique de manera óptima la llegada de su nacimiento, lo que permite darle la mayor oportunidad de vida.

Después del nacimiento, los síntomas que pueden alertar a los padres con respecto a estos problemas varían: la cianosis (coloración azulada o morada en la piel) y sonidos irregulares del corazón (soplo). En ambos casos se deben realizar exámenes adicionales que orienten si se está frente a un caso de cardiopatía o se trata de otra condición. Dependiendo de la cardiopatía se puede atender con un tratamiento o una cirugía, recalcó la directora del Cardiológico Infantil.

A medida que va creciendo, otro de los indicadores puede ser el cansancio del niño al correr o al realizar una actividad física cotidiana. En un recién nacido la actividad física cotidiana es la lactancia materna: si suda e interrumpe el momento de amamantamiento, debe ser evaluado para verificar si se cansa por el ejercicio de la succión. AVN