Caracas, 17.10.18 ( Cortesía Arsenal Terapéutico).- El desarrollo vertiginoso de la tecnología debe ir acompañado de la parte humanística, y ella no debe usarse para sustituir la creatividad o la fuerza de trabajo, sino para mejorar otros aspectos como el medio ambiente, afirmó Humberto Mancilla Alonso, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, España.
Hoy en día, la tecnología sí genera empleos, pero en menor cantidad y mucho más especializados, por lo que cada vez se requiere una mayor capacitación de las personas, consideró el profesor de tiempo completo de la entidad universitaria.
Dijo que a partir de la creación del concepto de mecatrónica hace décadas, se ha generalizado el uso de robots. “Lo primero que viene a la mente son los dedicados a ensamblar vehículos, pero su inserción en otras actividades ha sido masiva”. Los obreros de las plantas ensambladoras son sustituidos en los procesos de manufactura para reducir los costos de operación de las empresas y con esto incrementar su utilidad. Ese es el caso también de la industria farmacéutica, por mencionar sólo algunas.
Pero la presencia de la robótica no está únicamente en los oficios, sino también en las profesiones. Uno de los casos más claros es el sistema Da Vinci, famoso equipo de cirugía robótica, abundó.
En esa tendencia, otros trabajos podrían ser realizados por máquinas. En la impartición de justicia, por ejemplo, ya no se requeriría la presencia de abogados o jueces, si sistemas de inteligencia artificial interactúan entre sí para determinar la inocencia o culpabilidad de las personas implicadas en algún asunto.
Además, se generan cada vez más sistemas automatizados. Ahora, por ejemplo, ya no es necesario ir a las oficinas de gobierno para hacer un trámite de actas de nacimiento, sino que todo se hace por Internet y el documento solicitado se genera prácticamente en tiempo real; así, un proceso que tardaba casi dos semanas se realiza en un día.
Mancilla recordó que esa sustitución ya ocurrió, durante la Revolución Industrial, cuando las nuevas tecnologías, la del vapor principalmente, comenzaron a sustituir a los humanos en los puestos laborales. Entonces, surgieron empleos que no había antes y requerían especialización.
El problema es que en aquel tiempo los cambios fueron paulatinos y la gente se fue adaptando poco a poco; hoy en día son muy rápidos.
Además, las personas intentan consumir productos “prácticos” y prefabricados; “no te preocupes, no pienses, la inteligencia artificial lo hace por ti”, y eso vuelve el panorama más oscuro. Las nuevas tecnologías están presentes hasta en actividades tan comunes como hacer las compras vía Internet; pero no sólo eso, sino que los algoritmos, además, te hacen recomendaciones con base en tus gustos.
Cada año sale un nuevo teléfono inteligente que la gente adquiere sin importar lo que les cueste, pero cabe preguntarse qué vamos a hacer cuando la tecnología rebase la capacidad adquisitiva, quiénes podrán pagarla y quiénes la desarrollarán.
Por todo ello, “yo esperaría que los individuos y sociedades fueran madurando en el uso de las tecnologías; a veces abusamos y esperamos que ellas nos resuelven todo”. Por eso, quienes las desarrollan no pueden estar aislados del factor humano. Ambos aspectos deben integrarse, reiteró el universitario.
Películas como Matrix o Avengers: Era de Ultrón, muestran cómo un algoritmo de inteligencia artificial desarrolla tanta capacidad que se puede reparar, reproducir y tener control sobre todo, “y eso puede suceder, porque ya hay personas que lo sueñan y que trabajan en el desarrollo de ese tipo de inteligencia”.
Mancilla opinó que debe evitarse llegar al momento en que ni siquiera entendamos la tecnología y sólo la consumamos. “Nos hace falta madurar como sociedad. No nos hemos preocupado por las consecuencias de esa práctica desmedida. Debemos ser más conscientes de lo que hacemos con el planeta y el uso de las tecnologías”, finalizó.