Expertos evaluaron impacto biotecnológico en el control del cáncer

Caracas, 25.02.16 (Prensa Espromed Bio).- La necesidad de nuevas opciones terapéuticas para las enfermedades oncológicas motivó al Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) y su ente adscrito, Empresa Socialista para la Producción de Medicamentos Biológicos (Espromed Bio) C.A., a organizar el taller Impacto de la Biotecnología en el Control del Cáncer, el cual tuvo lugar en el auditorio del Hospital Hematoncológico Domingo Luciani de El Llanito.

Además de representantes del MPPS, investigadores, personal médico y directores de hospitales, la Asesoría Médica de Espromed Bio convocó a especialistas del Centro de Inmunología Molecular de Cuba (CIM) y su casa comercial CIMAB, S.A., de la Sociedad Venezolana de Oncología y del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales interesados en conocer tratamientos innovadores con el fin de evaluarlos y determinar su posible aplicación en Venezuela.

“El propósito del taller es fomentar la investigación científica en el desarrollo de productos oncológicos seguros, eficaces y de calidad, que las personas con cáncer u otra enfermedad tengan acceso a los medicamentos gratuitamente y que para el Estado implique una reducción importante en costos”, manifestó Gerardo Briceño, presidente de Espromed Bio, quien recalcó que en 2015 fueron 60 millones de dólares lo ahorrado por esa planta y estima que sean 150 millones de dólares los que en 2016 dejen de ir a las transnacionales farmacéuticas. Gerardo Briceño y Alvaro Gómez

En la actualidad, la planta nacida en junio 2014 como empresa socialista dispone de ocho  productos con registro sanitario, de los cuales tres se indican en el tratamiento del cáncer: Espro Eritrop 10.000 UI, Espro Eritrop 4.000 UI y Espro Filgras, cuyos detalles ofreció Marisol Vielma, regente farmacéutica.

La Eritropoyetina Humana de 10.000 y 4.000 Unidades Internacionales (Epoetina Alfa), entre otros usos, se emplean para prevenir y tratar la anemia en personas con Linfoma No-Hodgkin, mieloma múltiple, leucemia linfocítica crónica o adultos con tumores sólidos sometidos a quimioterapia.

En tanto que el Espro Filgras (Filgrastim) 300 mcg/ml es un fármaco de uso hospitalario que se aplica a pacientes con cáncer en tratamiento de quimioterapia mielosupresora y con leucemia mieloide aguda en tratamiento quimioterapéutico de inducción o consolidación. Tiene la capacidad de recuperar el número de cierto tipo de glóbulos blancos (granulocitos) en personas sometidas a quimioterapia, lo que ayuda a prevenir infecciones, reducir el tiempo de hospitalización y disminuir el uso de antibióticos.

Contra la segunda causa de muerte

Álvaro Gómez, presidente de la Sociedad Venezolana de Oncología y moderador del evento, calificó esta experiencia como un “reencuentro para conocer lo que tenemos en el país, a partir de este momento podemos pensar en producir nuestros medicamentos oncológicos en beneficio de los pacientes con cáncer, tener este recurso es fundamental”.

Por su parte Luis Capote, del Programa Integral del Control del Cáncer (MPPS), abordó la epidemiología del cáncer en Venezuela, donde ocupa el segundo lugar como causa de mortalidad. “Es una enfermedad que implica mayor costo para el sistema de salud por la complejidad del diagnóstico y tratamiento. El cáncer abarca más de un centenar de variedades, alrededor de unas diez son las predominantes que representan casi 70% de los casos, sobre esas hay que hacer un gran esfuerzo de prevención y control”.

En las mujeres, el primer lugar corresponde al cáncer de mama, seguido de cuello uterino, pulmón y colon; en hombres el más común es el de próstata, luego de pulmón, estómago y colon; en niños predominan las leucemias -con alto grado de curación- y los tumores del sistema nervioso central.

De incurable a controlable

“La intención es fomentar el intercambio científico de productos con registro sanitario en Cuba, Venezuela, o con registro en trámite en este país, para que los oncólogos tengan una experiencia de uso que pueda potenciar el beneficio clínico, de manera que las autoridades sanitarias valoren la incorporación de estas drogas a la terapia estándar en favor de los pacientes con cáncer”, expresó Lian Utrera, especialista comercial de CIMAB, S.A.

Añadió que también se busca fomentar la investigación de productos en fase de desarrollo, incluso aún sin registro, además de la colaboración científica y alianzas estratégicas para la comercialización de esos productos en mercados latinoamericanos.

Una de las conferencistas fue Tania Crombet, directora de Investigación Clínica del Centro de Inmunología Molecular y miembro del Grupo Nacional de Oncología cubano, quien habló del impacto biotecnológico en el control del cáncer y la introducción de las vacunas terapéuticas al Programa de Atención Integral al Paciente con Cáncer de Pulmón. “La inmunoterapia, las vacunas y los monoclonales pudieran ser un instrumento muy útil en la transformación del cáncer en una enfermedad controlable a largo plazo. Un cáncer avanzado no se puede curar, pero sí lo podemos controlar sin afectar la calidad de vida del paciente”, aseveró esperanzadora.

“Ya el monoclonal tiene registro en Venezuela para cáncer avanzado de cabeza y cuello, así como tumores del sistema nervioso central; y las vacunas de cáncer de pulmón (Cimavax-EGF y Vaxira) están en fase de evaluación por el ente regulatorio y la idea es usarlas aquí, si la comunidad médica venezolana percibe su beneficio clínico”, precisó Crombet.

La implantación del anticuerpo monoclonal Nimotuzumab en el Programa del Control del Cáncer fue el eje de la ponencia de Giselle Saurez, de la Gerencia Médica del CIM. Lo describió como un producto farmacéutico basado en una nueva molécula que posee varios registros sanitarios: tumores avanzados de cabeza y cuello, tumores gliales (sistema nervioso central) de alto grado de malignidad, tumores avanzados de esófago y páncreas. “En cualquier indicación, se recomienda su uso en combinación con terapias convencionales como radio y quimioterapia”.

Explica que ha sido probado clínicamente en niños, en quienes puede provocar un cambio en la evolución de la enfermedad: “En un niño diagnosticado con un glioma difuso de tallo cerebral la sobrevivencia no supera el año, sin embargo estudios pre-registro de niños tratados con este monoclonal en combinación con radioterapia demuestran que han superado la sobrevida”.

Otra bondad del monoclonal es la calidad de vida, “apostamos a tener un producto seguro que pueda ser aplicado como tratamiento crónico y que repercuta en una mejoría de la calidad de vida, particularmente donde se vea la recuperación de las funciones neurológicas y de todos los elementos cognitivos, para que el niño regrese a la escuela y sea un adulto socialmente útil”.

Nimotuzumab tiene registro sanitario en 24 países, en su mayoría de Latinoamérica, además de naciones con economías emergentes como China e India. “Aspiramos que en Venezuela haya la oportunidad de probarlo en sus condiciones locales, y qué mejor muestra para nosotros que tener la evaluación crítica local para este medicamento”, culminó Saurez. Prensa Espromed Bio/Foto: Oscar Pérez