Caracas, 29.06.16 (Cortesía Correo del Orinoco).- El 29 de junio de 1919 murió en Caracas, víctima de un arrollamiento en la esquina de Amadores, parroquia de Altagracia (Caracas), el Dr José Gregorio Hernández, quien asumió el ejercicio profesional como auténtico apostolado a favor de los sectores más desasistidos de la población. El Dr Hernández fue además reconocido docente de la Facultad de Medicina de la UCV y persona de acendrada vocación religiosa. La Iglesia Católica lo elevó en 1985 al grado de Venerable, camino a la santificación.
JOSÉ GREGORIO
Oriundo de Isnotú (Trujillo) tuvo como padres al comerciante y boticario Benigno Hernández y Josefa Antonia Cisneros. Cursó primaria en su pueblo y con 13 años llegó a Caracas para cursar bachillerato. En 1882 se registra en la Facultad de Ciencias Médicas de la UCV. Entre sus profesores estuvo el positivista Adolfo Ernst, además de Manuel Porras, discípulo de José María Vargas y Calixto González.
CIENCIA EN VENEZUELA
En la historia de la medicina en Venezuela se registran tres grandes figuras: Lorenzo de Campins y Ballesteros, quien en 1777 creó el protomedicato, base de la futura Escuela de Medicina; José María Vargas reformador republicano de 1827, y Luis Razetti, introductor de la enseñanza clínica, nuevas técnicas y fundador de varias instituciones médicas. José Gregorio Hernández obtiene su grado de médico en 1890. Ya desde 1847 el cloroformo se venía utilizando como anestésico en el país. El desempeño médico se regía, según recuerda Ricardo Archila por su “carácter individualista, el concepto de práctica integral y el médico de familia”. Entonces se iniciaba el ejercicio por especialidades con la oftalmología, la urología y la pediatría, donde destacaba el médico José Manuel de los Ríos. Y se desarrollan intensas polémicas doctrinarias lideradas desde el positivismo, por Luis Razetti.
DIOS Y EVOLUCIÓN
Entre 1905 y 1912 se abre en las Academias y columnas de los periódicos del país una ardorosa discusión sobre las teorías evolucionista y creacionista del origen de la vida. El debate se inicia con un discurso de Luis Razetti acerca del origen, desarrollo y descendencia de la vida. La mayoría de los miembros de la Academia optó al comienzo por guardar silencio. El Dr. Hernández, creacionista, hizo un primer pronunciamiento en 1905. Aunque su reflexión extensa la presentó en su obra Principios de Filosofía de 1912. Allí sostendría de modo original que “la primera operación de Dios…fue la creación de las fuerzas físicas y la materia (…) y por una lenta y gradual evolución se formaron los mundos (…) Luego (…) apareció la vida”. Dichas ideas fueron acogidas por Razetti, al ofrecer, Hernández, en palabras de María Matilda Suárez “una síntesis armoniosa entre…la doctrina creacionista y el evolucionismo”.
EL AUTO FATAL
Tres rasgos distinguen la vida de José Gregorio Hernández: respeto a la actividad científica, su raigal convicción religiosa y su extremada actitud dadivosa en el ejercicio médico a favor de los más débiles. Justamente el 29 de junio, saliendo de la casa de una paciente en la esquina de Amadores de Caracas, al comprar en una farmacia cercana medicinas para ella, fue arrollado al cruzar la calle por un vehículo cuyo conductor recién había obtenido el certificado de manejo. José Gregorio tenía 54 años.
“FUE UN FILÁNTROPO”
“Además de médico de reconocidos aciertos fue un filántropo. En el bolsillo de su chaleco cargaba siempre algún dinero que daba a los pobres y necesitados. En la puerta de su casa tenía una bandeja…para que los pacientes depositaran lo que podían pagar y…si alguno requería de algún dinero, lo tomara de allí (…) El día de su muerte salía…ejerciendo la caridad” (María Matilde Suárez, José G Hernández, 2005, pág 36).