Se trata de un documento en que se entrecruzan elementos de dos categorías dentro de la literatura de guerra, el decreto y la proclama
El 15 de junio de 1813 Simón Bolívar al frente del Ejército Libertador de Venezuela y encontrándose en la ciudad de Trujillo en su campaña hacia Caracas, expidió su proclama de Guerra a Muerte, quizá el documento de su autoría que ha sido sometido a mayor controversia, por su contenido y proyección en el proceso de forja de conciencia nacional, en un tiempo en el cual gruesas capas de la población venezolana y suramericana se parcializaban a favor de España y procedían en contra del bando patriota.
REVOLUCIÓN IDÍLICA
Quienes trazaron el rumbo del movimiento iniciado el 19 de abril de 1810 procedieron, en términos de nacionalidad, con una lenidad que luego en 1812, desencadenaría circunstancias trágicas y funestas para la Primera República. Así, se leyó en Caracas mensaje del Marqués Toro, primer jefe del Ejército Republicano en campaña, afirmando que sus operaciones en occidente tenían como ideal “evitar la profusión de sangre”. De este modo, cuando Domingo de Monteverde toma Caracas el 30 de julio de 1812 y comienza su régimen de confiscaciones, cadalsos y exilios, así como las flagelaciones, decapitaciones y fusilamientos que ordenaba Antonio Tízcar en Barinas y otros realistas en diferentes provincias, tomaría su cariz a muerte el conflicto entre España y Venezuela. Y así lo entendió Bolívar en su Proclama de Trujillo.
¿DECRETO O PROCLAMA?
Se trata de un documento en que se entrecruzan elementos de dos categorías dentro de la literatura de guerra, el decreto y la proclama. El primero establece párrafos o artículos mandatorios, secuenciales y de ejecución. La segunda se orienta al anuncio, la exhortación o exaltación de sentimientos patrios en el caso del Libertador. En el texto emitido el 15 de junio de 1813 en Trujillo, Bolívar privilegia la exhortación y la conminación a objeto del deslinde entre los partidarios de un bando y de otro; empero tal deslinde se da a partir del lugar de nacimiento de los recipendiarios del documento: España y las Islas Canarias de una parte, y Venezuela y América de la otra.
CONSIDERACIONES
Al sostener Bolívar de entrada, en la Proclama del 15 de junio, su oferta de un indulto general y absoluto a los españoles “…que se pasen a nuestro ejército…a los que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos” y asegurarles que “serán tratados como americanos”, ofrece un amplio compás de acercamiento a nativos de la Península, lo que desvirtúa algún supuesto propósito de destrucción de la “raza hispánica” como sostienen algunos detractores.
Sin embargo, el Bolívar de la Campaña Admirable, quería dar un mensaje para desarmar pasiones promonarquistas en venezolanos y europeos de las provincias que liberaba. De allí la indubitable advertencia final “…Españoles y canarios, contad con la muerte si no obráis activamente en obsequio de la libertad de América”. Esta expresión, la de mayor controversia, perseguía delimitar a quienes se hacía la guerra. T/ Néstor Rivero