Organización Panamericana de la Salud alerta a la región por fiebre Mayaro

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó recientemente a los países miembros para que creen cercos epidemiológicos y evitar el ingreso de la fiebre Mayaro, un virus similar al dengue, zika y chikungunya.

Ayer, las autoridades de Salud de Honduras decretaron una alerta para evitar que la enfermedad se propague, algo que por el momento no han establecido en nuestro país.

La OPS ha señalado que los casos están vinculados con la exposición a zonas húmedas y en selvas tropicales, donde el zancudo transmisor, Haemagogus, que no hay en nuestro país pero que en algunos casos también ha sido transmitida por el Aedes aegypti, tiene mayor capacidad de proliferación, y se ha dado mayor cantidad de casos en Sudamérica.

Los síntomas que presenta la enfermedad son dolor de cabeza, fiebre, dolor detrás de los ojos, dolor de articulaciones, inflamación de articulaciones, náuseas y erupciones cutáneas (rash).

“Tomando en cuenta la amplia distribución en la región del mosquito implicado en la transmisión y ante la detección reciente de casos en nuevas áreas geográficas, la OPS/OMS alienta a los estados miembros a implementar acciones para la detección de casos y mantener informados a los profesionales de salud para considerar la fiebre de Mayaro como parte del diagnóstico clínico diferencial de otras arbovirosis como chikungunya, dengue y zika”, decretó la OPS a inicios de junio.

La fiebre Mayaro es una enfermedad de tipo alphavirus que se caracteriza por provocar artritis (dolores en articulaciones), explicó Jorge Panameño, infectólogo privado.

“La enfermedad es clínicamente indistinguible de todas las arbovirosis que conocemos acá, y que nos han atacado en el pasado, dengue, chikungunya, zika. Se caracteriza por presentar fiebre súbita intensa, mucho malestar, dolor de cuerpo y principalmente de articulaciones, y tiende a parecerse un poco más al chikungunya y puede bajar las plaquetas, como el dengue”, dice Panameño.

Agregó que no es una enfermedad que provoque riesgo de muerte, ya que solo está documentado un fallecimiento en el 2001.

“Una enfermedad que se va sola y tiene muy pocos riesgos”, manifestó Panameño.

La enfermedad fue identificada por primera vez en la ciudad de Mayaro, en Trinidad y Tobago, y de ahí su nombre.

En 2015 se reportó un caso en Haití, en un menor de 8 años residente de la zona rural, que fue diagnosticado con dengue y mayaro. Algunos casos que se han dado en la región son en Perú, donde 35 personas padecieron la enfermedad en el 2018, y en 2019 otros dos casos.

Mientras que en Ecuador, el pasado abril, se reportó que de 34 muestras negativas para zika, chikungunya, dengue y leptospirosis, cinco dieron positivo a mayaro.

“El objetivo de la alerta de la OPS es el llamado a los sistemas de Salud a crear las condiciones de diagnóstico de laboratorio de la enfermedad. Yo tengo la impresión personal de que este virus está en el país desde hace por lo menos tres años, que ya llegó, porque desde ese tiempo tenemos cuadros clínicos característicos, que nunca dan positivo a dengue y los hemos seguido hasta por seis meses”, dijo el especialista.

Iván Solano Leiva, vicepresidente de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología, aseguró que el riesgo que corre el país es que llegue un viajero con el virus y sea picado por un mosquito, de ahí pueda ser que se propague la enfermedad acá.

En cuanto al tratamiento, los especialistas mencionan que se debe hidratar bien al paciente, los medicamentos son acetaminofén, paracetamol para la fiebre y el dolor, y mucho reposo.

El período de incubación, dijo Solano Leiva, es de uno a doce días, mientras que en cuanto al tiempo de duración, el especialista menciona que es de tres a cinco días.

“Se puede confundir con otras enfermedades, desde el punto de vista clínico. Los síntomas son muy similares al zika o el chikungunya, y el paciente puede quedar con dolores articulares que pueden durar varias semanas o incluso meses”, señaló el especialista. A diferencia del zika, no se ha demostrado que afecte a mujeres embarazadas.